viernes, 23 de marzo de 2012

Gaspar Noé

Por estos días puede verse en las salas porteñas (Monumental, ArteCinema, Cosmos UBA), Enter the Void, la última obra de Gaspar Noé, director que cobró notoriedad por su repulsiva Irreversible.
Director provocador y descarnado, en sus películas la violencia no está embellecida ni puesta al servicio del entretenimiento, tal como nos tiene acostumbrado el cine de acción de Hollywood.
Si bien Gaspar Noé se considera ateo y crítico de las religiones, en Enter the Void se hace referencia al Libro Tibetano de los Muertos a la hora de contar el viaje visual y psicodélico de un espíritu que recorre su vida reciente y su viaje hasta la reencarnación.
Considerando las formas occidentales (clásicas) de narración, ¿podemos pensar en una influencia religiosa a la hora de construir un relato? ¿Hay una influencia budista en Enter the Void? Sería pensar en un cine que se construye desde otra mirada, otro valor cultural, filosófico y religioso.
Si tomamos algunos de sus principios fundamentales, podemos verlos reflejados en la película: la naturaleza de la vida es sufrimiento, el deseo es el origen del sufrimiento, y la no existencia del mal, tal como lo concebimos en la cultura occidental o judeocristiana.
Sin embargo, al ser un filme realizado por un no-practicante de esta religión, Enter the Void peca de la “pasión del converso”: esos tres principios están explotados en su máxima expresión, el relato es angustiante, desolador, y todos los personajes encuentran una redención, incluso aquellos que cometen terribles atrocidades.
Pensando en un “cine budista” más fiel y ameno para el espectador, recuerdo la obra del gran animador japonés Hayao Miyazaki, famoso por pelis muy recomendables como La Princesa Mononoke, El Viaje de Chihiro, El Increíble Castillo Vagabundo, o Mi Vecino Totoro. Todas estas películas son sencillas, profundas y agradables, tanto por sus historias como por su tratamiento visual. En estas obras la cuestión humana del deseo, el sufrimiento o el mal se despliegan cotidianamente en mundos de fantasía, con múltiples niveles de lectura para espectadores de todas las edades. Estas cuatro películas mencionadas pueden encontrarse en videoclubes o para descargar en internet.
Y para los valientes con estómago de acero, Enter the Void les ofrece una experiencia distinta como espectador: la de no ser entretenido. No apela a sensaciones agradables, esta peli nos presenta al cine como motor de esas emociones que intentamos evitar. Un desafío para el espectador.
¡A gozar!

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